El orden de las cosas
es inevitable. Por mucho que pensemos en horizontal, los vértices sobresalen y
destacan. Unos ganan y otros pierden. Las victorias saben a cerdo agridulce. Los
pedazos del cerdo están emborrizados hasta fundirse el trigo con la carne, el
dulce puede al sabor amargo. ¿Sabe bien? Cuestión de gustos.
En vísperas de
las más populares carreras ciclistas de un día, mi querido nihilista de
apellido judío me advertía de su presencia, sin mencionar a ninguno de los
protagonistas. Puede que sin decirlo pensara en Fabian, Peter, o en Tom, o
Michal. De entre todos se acordaría seguro del primero, de Fabian, un suizo en
plena retirada que mueve sus piernas como ningún otro. Sus cuádriceps son
yunques y su espíritu generoso. Fabian no especula con quién le siga, si es que
pueden hacerlo. Él sabe que para llegar a la meta tiene que escaparse y confiar
en agotar a las ánimas que deja a su paso. Cuando Fabian agote sus fuerzas al
final de esta temporada, tomará el relevo Peter y actuará de forma similar.
Yunques que pedalean en la máxima intensidad, generosos. Sin ir más lejos, hace unas semanas puso sus piernas a ese
nivel y en el último suspiro Michal, un polaco de apellido consonante, le ganó.
La victoria sabe a cerdo agridulce.
Esta semana volví
a entrar en el maravilloso universo de la legalidad con Tiara. Trámites y más
trámites aderezados de absurdo. Por lo que se comenta en el interior de tan burocráticos
lugares, un piso en Benidorn, bien situado, cuesta un ojo de la cara. Pero es
que es Benidorm, normal que esté a ese precio. Mira las fotos de la casa en la
que estuve. ¿Las ves? Pues no nos gustó el apartamento y nos cambiamos a otro,
total por el mismo precio. ¿Tiara?, ¡Tiara!, tendrás un abogado de oficio.
Gracias.
Previamente a la
iniciación de Tiara en el mundo adulto, con Benidorm como telón de fondo,
intenté explicarle los riesgos de la justicia. A tan tierna edad exigir tus
derechos puede deformar tu itinerario futuro. El mundo del trabajo es una
inmensa sartén colmada de aceite. Los productos frescos hacen que el aceite se
enrabiete y salten chispas; ante los refritos se ensaña, consumiendo la mínima
ternura que tuvieron en algún momento. Y el cerdo agridulce emborrizado nunca
desilusiona. En las escuelas se hace doctrina con la defensa del derecho frente
la sumisión. Somos ciudadanos. A las primeras de cambio, cuando traspasas la
última dimensión, la irreal en la que has vivido, descubres que la pintura está
desgastada y el hierro oxidado. La justicia es una panacea y la ilegalidad es
norma. Así que a Tiara comenzar protestando puede provocarle quemaduras.
Tiara, ¿te acuerdas de
Natalia?, ¿cómo le va? Natalia es polaca como el ciclista Michal, y de parecido
apellido consonante. Trabajaron las dos en la misma empresa a la que ahora
reclama Tiara. Por su parte Natalia se emplea actualmente en otro restaurante
de los propietarios denunciados. No quiso protestar. ¿A qué sabe la victoria?,
¿quién gana, Tiara? La educación en realidad no se escribe en libros de textos,
se redacta con hostias, sensaciones y comparaciones. Una lección básica es
reconocer el sabor de la victoria. Natalia no es Michal, el ladrón de la
carrera que tuvo que ganar Peter, quien, a su vez, no se asemeja a Tiara. La
vida no es sólo una bicicleta, también se puede servir ésta como un menú en un restaurante
chino.
Y luego pasan lentas las horas en la cueva, soñando más de
uno con lugares recónditos, esperando. En breve la añorada Isabel dejará de
serlo. En el momento en el que cruce la puerta será una parte más de las
metáforas. Es difícil convertirse en ficción en un instante. Puede servirle de
consuelo que seguirá actuando con los compañeros que tanto la quieren, en un
escenario improvisado. Gajes del oficio.