La vida es irregularmente
simétrica. A la cima ascendida le sigue una similar bajada, con sus peculiaridades
y riesgos. La simetría perfecta sólo aparece en el papel. Bien escrita en la
ficción, o dibujada en un perfil en el que los detalles se ausentan. Por
ejemplo, en la escalada los éxitos no se alcanzan hasta que regresas a tu destino.
Las metáforas
siempre serán posibles, tanto en su ascenso como al bajar. Todo comenzó un
septiembre otoñal con Una
metáfora para Hanan. Llegados al vértice de la cima
ahora comienza el
contemplativo descenso. Como diría Judith, llegados a este punto... No se pretende
valorar éxitos ni fracasos, lógicamente
por que no era el objeto de estos textos, ni cabría tal propósito cuando se
trabaja con personas y éstas son las que están en juego. Los profesionales de
la medicina no son juzgados por sus muertes, ni los bomberos que desean apagar un fuego,
por la misma causa. Hay demasiados factores que influyen antes de rasgar con un
bisturí o apuntar con una manguera. A la intervención social le sucede algo
similar. La diferencia es la ausencia del reconocimiento que sí tienen las
anteriores profesiones. Es el momento de utilizar la palabra para que las luces
muestren la realidad.
Cualquier joven que
comienza una actividad laboral sorprende a todos. Son tantos los estereotipos
negativos vertidos sobre ellos que nadie apostaría por el éxito. Sin embargo, sin
arte de magia, consiguen su propósito. Para ello hay dos factores importantes,
que alguien crea en ellos y que tengan más de una oportunidad. A Hanan le
expliqué que se quitara el miedo a una caja registradora, con la idea de que
aprendiera a pensar en objetivos a largo plazo. En ocasiones una piedra en el
camino puede proyectar una sombra tan alargada que convierta a ésta en montaña.
Luego Hanan se empleó como hacedora de camas y finalmente, propiciado por el
Doctor Empleo, trabaja como auxiliar administrativa en una empresa de quicio
desquiciado, acorde con la maltrecha realidad del empresariado de este país.
Desde ese momento, Hanan sigue aprendiendo y por la satisfacción que provoca en
el empresario parece que con éxito. Imagino a Hanan irónica, con su fuerte
carácter de mirada que echa para atrás, controlando el despacho que pueda
compartir con dos compañeros más. Será aplicada en lo que haga y llegado el
caso será capaz de enseñar a los demás cómo mejorar en el trabajo. A partir de
aquí para ella no habrá más metáforas, sólo un camino repleto de cantos, chinas
y hasta una acumulación de piedras como consecuencia de un desprendimiento. Su
virtud será tener paciencia para esquivar estas barreras.
Mientras, Clint,
inquieto, filma un documental: La Educación Canina y Dios, relación si la
hubiere. Posteriormente, me imagino, regresará a su ficción favorita y nos
regalará un último Harry: Harry, el educador inquieto.
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